La tecnología del CO2 supercrítico se utiliza para extraer sustancias naturales desde la segunda mitad del siglo XX.
Gracias a nuestras máquinas y a nuestros conocimientos técnicos, esta tecnología es ahora abierta y accesible a una amplia gama de industrias.
Tras calentar y presurizar el dióxido de carbono (por encima de 31 °C y 73 bares), éste alcanza el punto crítico.
Una vez superado este punto, el CO2 se encuentra en una fase intermedia entre los estados líquido y gaseoso.
Entonces se beneficia de las propiedades de ambos estados.
Es casi tan denso como un líquido y adopta las propiedades de transporte, viscosidad y difusión características de los gases.
Por tanto, puede utilizarse como disolvente apolar. Las piezas a tratar se exponen a este disolvente para poder limpiarlas y descontaminarlas en nuestras máquinas.
Como fabricante de máquinas especiales, nuestro trabajo consiste en concentrar una tecnología compleja en una máquina ultra fácil de utilizar y accesible a todos.
Desarrollada originalmente por la Comisión francesa de Energía Atómica y Energías Alternativas (CEA) para la descontaminación nuclear, esta tecnología de futuro es objeto de 8 patentes, 1 de las cuales es utilizada bajo licencia exclusiva por Dense Fluid Degreasing.
Las innovaciones concentradas en nuestras primeras máquinas de limpieza o extracción son objeto de 4 patentes adicionales.
El CO2 supercrítico no es tóxico, lo que elimina los riesgos asociados a los disolventes clorados o derivados del petróleo. Su seguridad intrínseca lo hace ideal para industrias exigentes como la médica, la ingeniería de precisión, la textil y el reciclaje.
El CO2 supercrítico no es inflamable, por lo que reduce los riesgos de incendio y los costes de seguridad en industrias en las que los materiales inflamables son habituales.
El CO2 supercrítico es químicamente inerte y no corrosivo, lo que preserva la integridad del producto y prolonga la vida útil del equipo utilizado.
Este disolvente ecológico, inodoro e incoloro, es una solución respetuosa con el medio ambiente, sin emisiones de compuestos orgánicos volátiles (COV). No requiere autorización ni declaración para Instalaciones Clasificadas para el Medio Ambiente (ICPE) y no está clasificado como ATEX, lo que elimina los riesgos asociados a las atmósferas explosivas. Además, no presenta riesgo de co-destilación y cumple con la normativa REACH, así como con las recomendaciones de CARSAT y DREAL, garantizando su seguridad para la salud y el medio ambiente.
El proceso no utiliza agua y, por lo tanto, no requiere secado. Combina la baja viscosidad y alta difusividad de un gas con la alta densidad de un líquido.
A lo largo del ciclo de limpieza, el CO2 supercrítico se purifica mediante separación por gravedad y todos los contaminantes se extraen puros para su tratamiento en un flujo de reciclado especializado.
El proceso es adecuado para tratar todos los metales y la mayoría de los polímeros. Se adapta especialmente bien a todas las geometrías de piezas complejas, incluidas las piezas con orificios ciegos, tubos internos, piezas ensambladas, tubos con diámetros internos muy pequeños, textiles, etc.